Metagame, shmetagame

Monday, October 04, 2010

Como evitar convertirse en The Rembrandts: Reporte de Nacional (1ero)

Cuando me encontraba en uno de los tantos recesos entre rondas del nacional recientemente efectuado en Quito, me encontré con José Intriago, en ese momento campeón defensor. Conversamos un rato, y aunque no recuerdo sus palabras, me parece que dijo algo parecido a “quisiera ganar de nuevo el nacional, porque parece que todos fuéramos one-hit wonders”. Dos cosas pasaron por mi mente:

  1. Counting Crows (que no era justo, porque a decir verdad tuvieron más canciones buenas que Mr. Jones). La comparación correcta es The Rembrandts, de los cuales nunca he oido otra canción que no sea “I'll be there for you”.

  2. Cuanta razón tenía José. Si creen que ganar un nacional es difícil, ganar dos es una odisea.

Debo decir aquí que una de las formas más seguras de perder un nacional es obsesionándose con ganarlo, la única forma que he encontrado para llegar a esta posición es evitando la idea del campeonato nacional para enfocarse en un match, en un juego y en cada jugada individual. La ansiedad de estar cada vez más alto en la tabla de posiciones de un torneo puede echar al traste con cualquier aspiración de llegar inclusive al top 8.

Así que con esto dicho, ¿Cómo lo hice?

  1. Preparación para lo impreparable.

Casi toda preparación para cualquier nacional va a empezar el segundo después de que ha terminado el anterior. Los bloques rotan, las barajas cambian, los conceptos fluyen. La crisis más grande que tuve en el juego me llevó a un replanteamiento que me convirtió en un estudioso de los estilos de deck agresivos, sobre todo, de los decks monorojos. Tomé como misión demostrar en los torneos locales que monorojo no es, como se piensa con frecuencia, un deck “tonto” que puede ser manejado por cualquiera, sino que es una construcción de precisión matemática que castiga cada error de forma severa. Los últimos 2 nacionales he llevado a top 8 construcciones rojas agresivas. Todo esto estaba muy bien, pero empecé a ver que ya había dejado claro mi punto y que era hora de tomar otros caminos hasta que decidí que jugaría cualquier cosa excepto por monorojo.

En principio jugaba con Naya y me iba bien: tuve la fortuna de que mis cambios me permitieron armar prácticamente idéntica la lista de Boss Naya (justo después del lanzamiento de Worldwake) y gané varios torneos con este deck, que también fue piloteado con éxito en construcciones similares por Jaime Coba, Santiago Larreátegui y Pancho Arcos. Cuando esto empezaba a suceder, me di cuenta de algo por demás curioso: todos estábamos preparados para Jund, también conocido como la Gran Amenaza al Metajuego Mundial ®, pero nadie estaba jugando el deck. Mis Sprouting Thrinax pasaban empolvándose en mi carpeta y el único que parecía querer jugar el deck (cuando no lo dejaba de lado por su amado Bant) era Daniel López. Estábamos cayendo en el ridículo de prepararnos contra un deck que era una amenaza mundial y no tenía ninguna presencia local.

Como era lógico, decidí armarme una lista Jund y averiguar porqué el escándalo.

Durante el primer mes, fui un desastre. Perdía con todo y parecía que el deck mismo estaba maldito. Me inundaba de tierras, o me quedaba con 3 Bloodbraid Elf en la mano mientras jamás llegaba a la 4ta mana. Estaba totalmente dispuesto a dejar el deck, pero decidí seguir intentando jugarlo por orgullo. No me entraba en la cabeza que Pros alrededor del mundo jugaran el deck con buenos resultados todas las semanas y yo no pudiera ni ganar un triste FNM con una lista casi completa (aunque debo acotar que por mucho, mucho tiempo, tuve que jugar con un solo Maelstrom Pulse).

Decidí darle al asunto un mes más de oportunidad, respiré, conté hasta 10 y traté de jugar más enfocado. Empecé a notar las sutilezas de la construcción; como a veces Jund jugaba como un deck terriblemente agresivo y otras veces se dedicaba a controlar la mesa y a ganar con una amenaza imparable. De a poco fui levantando hasta que empecé a ganar consistentemente FNM's con Jund. Más o menos en esta época decidimos juntarnos con los amigos de la casa del Chino para armar lo que posteriormente llamaríamos como el Equipo Vuvuzela (era el mundial, estaba de moda y sonaba bien. Que la historia nos juzgue con levedad).

Dentro del equipo mismo me convertí en “el man del Jund”. Varios decks se estaban armando entre todos, y como sabían que yo tenía una lista Jund bastante funcional, me pedían probar contra el infame deck de los 4 blightnings y las 4 elfas. La verdad es que una y otra vez pude comprobar que Jund era un deck especializado en romper corazones, diría incluso hasta de forma áspera. El deck no recurría a ningún recurso sofisticado, a un combo bonito o a una criatura legendaria con arte fan-service para ganar, sino que hacía las cosas de forma horriblemente efectiva: 2 blightnings seguidos, cascade en removal, tokens de saproling que seguirían golpeando junto a manlands cuando el wrath se intentase jugar... esa lista Jund destruyó mas de una idea de deck, y más de un miembro del equipo tuvo palabras irrepetibles para la lista maldita.


La lista resistió a la llegada de Rise of the Eldrazi, y muchos pensaron que con la impresion de Obstinate Baloth en M11 el arquetipo estaba a las puertas de la muerte. Y sin embargo el “rompecorazones” seguía funcionando. En ese punto sabía que llegaría al nacional con una lista Midrange, pero no estaba seguro de si sería Jund o Naya (que en este punto estaba jugando 4 Vengevines, haciéndose más caro que un iPhone comprado aquí).

Al acercarse la fecha del nacional dos cosas aparentemente contradictorias se hicieron obvias: Jund estaba en declive, pero las listas jund estaban diversificandose tanto que se hacían irreconocibles. Había junds agresivos, junds de control, junds con Eldrazi Temple, junds con 8 descartes maindeck, junds sin planeswakers y con Plated Geopede. En este punto decidí empezar a cambiar las últimas cartas que me faltaban para armar Jund, porque jamás conseguiría los 4 vengevines a tiempo y porque con esa diversificación, decir que iba a jugar Jund era como decir que iba a jugar con 60 cartas: no decía nada realmente comprometedor ni revelaba ningún “tech” impresionante o algo que se le parezca.

Ya tomada la decisión, mi lista estaba prácticamente terminada, y las pruebas con el equipo habían determinado que podía ganarles a todos los decks (aunque a ninguno de forma aplastante) excepto por dos exceptiones notables: Monorojo y monoblanco (ya fuera soul sisters o cualquier cosa que llevara pulgas blancas agresivas). En el primer caso me mataban antes de poder tomar el control, y en el otro tenía problemas con criaturas de protección.

Toda la semana anterior al nacional pasé atormentado sobre la decisión de jugar Jund, y al despertar el Jueves de esa semana, tuve una epifanía estilo Dr. House: las cartas sueltas de mi construcción no hacían más consistente al deck, sino más espectacular. Y yo siempre he considerado que para torneos grandes la consistencia siempre le gana a la rapidez. En la lista llevaba 1 Sarkhan the Mad, 1 Crystal Ball y 1 Garruk Wildspeaker. Después de mucho pensarlo decidí dejar en sideboard al Loco y a la pelota, considerando que Garruk sigue siendo una de las mejores cosas que un deck verde puede jugar en 4to turno, pero decidí mudar al maindeck a 2 Obstinate Baloths, considerando que mejoraban mis dos peores pesadillas con monorojo y monoblanco. También decidí que remataría el deck con 2 Siege-Gang Commanders, porque tanto los Grave Titans como los Broodmate Dragons costaban 6, que contra los decks “monos” era a veces un turno muy tarde.

Mario Castillo: Stupid Jund

4 Putrid Leech 4 Raging Ravine
4 Sprouting Thrinax 3 Dragonskull Summit
4 Bloodbraid Elf 3 Verdant Catacombs
2 Obstinate Baloth 1 Lavaclaw Reaches
2 Siege-Gang Commander 1 Rootbound Crag

4 Lightning Bolt 1 Terramorphic Expanse
4 Blightning 4 Savage lands
3 Maelstrom Pulse 4 Mountain
2 Terminate 3 Swamp
2 Bituminous Blast 3 Forest
1 Jund Charm
1 Garruk Wildspeaker

En cuanto a preparación para el draft, debo decir esto: M11 no es ciencia avanzada. Es un set básico. Yo seguí 3 reglas básicas para el draft de M11 y sabía que mientras las siguiera, terminaría al menos 2-1 en limitado a menos que una tragedia de magnitud bíblica sucediera:

  1. Criaturas, criaturas y más criaturas

  2. Mantener curva, y

  3. Alejarme de negro a todo costo.

Esa última regla puede ser muy ridícula considerando que en los últimos torneos grandes de draft alrededor del mundo se estaba ganando con decks negro/rojo y que se considera que el mejor deck de draft existente en m11 es negro/azul, pero yo tenía el problema crónico de coger demasiada remoción condicional en negro y las criaturas negras en M11 son simplemente malas. Mis decks de draft con negro sencillamente no funcionaban y cuando me alejé de draftear negro empecé a ganar torneos.

Esa fue la preparación. Ahora a la acción:

Primera ronda: Juan Proaño (Buda) con Monorojo.

Para cuando llegué al tropiburguer, pensé que mis “inspiraciones” estaban infundadas. Monorojo era un predador declarado de Jund, y Jund estaba desapareciendo. Para cuando pasé la lista estaba prácticamente arrepentido pensando que de gana puse los Baloths en main, porque seguramente ningún monorojo asomaría en el camino.

Me toca el primer juego con el Buda, al cual era grato verlo a los años, pero no podía evitar pensar en qué estaría jugando. Rodamos el dado, me gana (como pasó casi todo el torneo) y sale primero...

Con una montaña, diciendo dale.

Mala cosa.

Pongo mi Savage lands tapada (la poderosísima salida de primer turno de Jund ®) y a final de turno, lightning bolt a mi.

Monorojo, maldición.

El juego se convierte en lo que debe: una lucha de monorojo por matarme y de Jund por dominar la mesa. Aquí debo acotar que muchos jugadores de Jund no atacaban por miedo a los hasters de monorojo. Sus miedos están bien fundados, pero si no le atacan a monorojo, la derrota es segura. Detengo en algo el sangrado resolviendo un par de Blightnings no consecutivos, tengo la fortuna de tener en reserva Lightning Bolts para el ocasional Ball Lightning, y termino atacando por letal cuando me quedaban sólo 4 vidas.

Del sideboard vino el último Baloth, el Jund Charm extra (que fue una maravilla todo el torneo y el crédito se lo merece Daniel López por no haber quitado esos bebés de main cuando todo el mundo decía, cito, “el López es loco”) y la Malakir Bloodwitch (porque joder, cada vida cuenta). Y salieron los pulsos. Alguien me dijo que sacar los pulsos en el segundo partido era mal plan porque monorojo mete Leyline of Punishment y anula los baloths. Si ellos quieren meter una carta que no hace más daño, no ataca y tampoco defiende, bien por ellos.

En el segundo juego hubo muchos goblin guides, mucha quema y pocos Baloths.

En el tercer juego el plan sale relativamente bien, aparece un blightning de 3er turno y un Baloth de 4to (que causa muecas de estrés en el Buda). Baja también para ayudar en la lucha Garruk (poniendo una bestia) y utilizando mis fantásticos poderes Jedi, hago que el Buda dirija un Staggershock a Garruk, matándolo de contado, pero dejándome en una vida, lo cual es suficiente para que mis bichos verdes terminen el trabajo. También debo anotar que fue algo afortunado que no haya conseguido la 4ta Verdant Catacomb a tiempo para el torneo: si la hubiera usado en este juego, hubiera empezado perdiendo.

Me siento aliviado de haber ganado uno de mis matchups más difíciles, con la casi certeza de que no volvería a encontrar un mono-rojo en el camino....

1-0-0

Segunda Ronda: Santiago Yerovi (Monorojo).

¿Qué es esto, una burla? No sólo me toca otra vez mi peor matchup, sino que me toca contra un compañero de equipo. Ya nada, a barajar de nuevo....

Santiago pierde un poco la compostura cuando bajo en 4to turno un Obstinate Baloth.

El: “¿Estás corriendo esas cosas en main?”

Yo: Sonrisa de gil.

El monstruo grande que pisa fuerte eventualmente llama a sus amigos y el juego termina con varios bichos entrando al área roja.

Mismo sideboard de la última vez, y el va primero (nunca bueno para la salud de Jund). Curiosamente no hay acción hasta 3er turno, cuando cae un Ball Lightning al que no tardo en tostar con un Lightning Bolt. Bajo una Putrid Leech y el baja el segundo Ball Lightning que yo quemo con el segundo Lightning Bolt. Al siguiente turno santiago baja el TERCER Ball Lightning, que destruyo con el TERCER Lightning Bolt. No creo en la suerte, pero de que soy lechón, soy lechón. Luego de mi lado bajó el famoso Baloth y el resto fue anecdótico.

2-0-0

Tercera Ronda: Andrés Olmedo (Pyromorph).

La verdad no había probado contra este deck, una vez jugando monorojo me jugaron Pyromancer Ascension y me dieron la del zorro. Decidí hacer lo que jund hace y ver que pasa.

En primer partido hubo varios elfos y blightnings y criaturas de mi lado y una notable ausencia de Time Warps del otro. Tal vez haya destruido algún Ascension con un pulso, pero mi memoria es frágil.

Al segundo partido decido arriesgarme y “pagar el bluff” de pyromorph: asumo que en el segundo partido va a transformarse en polymorph, así que decido sacar a Garruk, los bituminous blast y los Commanders para meter remoción como instante y esperar sabotear el plan macabro de polymorph al token.

Salgo segundo con una mano que contenía al poderoso Jund Charm -en este momento crítico porque podía limpiar la tumba de hechizos para el Ascencion o matar como instante a cualquier número de tokens a punto de ser transformados en Emrakuls- pero sé que necesito de alguna forma hacer creer que no estoy preparado para la transformación a Polymorph. Así que decido no jugar nada en los primeros turnos, bajando taplands (aunque tenía en mano dos blightnings y una fetchland) y haciendo gestos de “que fue deck, necesito algo YA”. Efectivamente, al final de mi 4to turno, Andrés pone un token Eldrazi y en su main phase, después de quedar viendo lo que yo trataba fuese un rostro de becerro a medio morir, juega Polymorph al que yo respondo con Jund Charm en modo piroclasmo. Sonrío, destapo y mis turnos fueron Blightning, Blightning y Bloodbraid Elf en Thrinax.

3-0-0

Games & Games, además de organizar el nacional más barato de la historia, puso el almuerzo en el mismo Tropi Burguer. Una vez más felicito a una organización magnífica.

Con suficiente glucosa y unos meses menos de vida gracias a la Salsa Alemana, es hora de hacer draft. En general fue muy bien llevado -y a pesar de esto el pod 4 se confundió más de una vez- aun cuando debo reconocer que en la presión y los nervios del asunto, no sacar la tierra y/o el token al abrir el booster era un error muy fácil.

Mi primer booster me ofrece un Stormtide Leviathan, caro, pero debo reconocer que hace bien su trabajo, y siendo azul el mejor color de m11 decido darle una oportunidad. En 2do pick veo al siempre eficiente Air Servant y siento que tal vez azul tiene chance, pero no veo todavía el segundo color. Con Garruk Packmaster de 3er pick sospecho que tal vez pueda jugar verde, pero me pasan un Jace's Ingenuity, que cojo con gusto. Y luego vienen water servant, Aether Adept, Azure Drake, Foresee...un Ice Cage de como 11avo pick me hace sospechar que no hay mucho draft azul en la mesa.

El segundo booster me presenta con un Platinum Angel, que decidí llevar porque en cualquier caso prefería verla en mi sideboard que del otro lado. Y el desfile de azul seguía: Water servants, ice cages, diminish, Maritime Guard, más Azure Drakes, otro Aether adept. Me voy dando cuenta que el verde se está secando y que no tengo nada en otro color que valga la pena, así que decido botarme de cabeza, olvidar los otros colores y hacer algo que nunca he hecho en un draft: un deck monoazul.

En el tercer booster viene una Phylactery Lich que dejo pasar a cambio de una wall of frost para no ser atropellado por abajo. Tengo terror por la curva, así que empiezo a coger cualquier cosa en puntos bajos de curva, de preferencia, que ataque y defienda. Cojo 3 Scroll Thief sólo porque cuestan 3 y talvez algún rato me den una carta. Grande es mi sorpresa de encontrar de late pick un Merfolk Sovereign que convierte a mis thieves en amenazas verdaderas. Por ahí remato con una harbor serpent que es obviamente inútil para la mesa y un monstruo en mi deck y recojo un Augury Owl y un par de unsummons, por si acaso. Debo anotar que me pasaron 2 Jace's ingenuity más que no cogí porque verdaderamente quería criaturas en costo 2 y 3 que hicieran cualquier cosa.

2 Aether Adept
1 Air Servant
1 Augury Owl
2 Azure Drake
1 Harbor Serpent
1 Maritime Guard
1 Merfolk Sovereign
3 Scroll Thief
1 Platinum Angel
1 Wall of Frost
2 Water Servant

1 Diminish
1 Foresee
2 Ice Cage
1 Jace's Ingenuity
2 Unsummon

17 Islands

Tengo un deck monoazul de buena curva, con finishers, juego temprano, el ocasional combo simpático y consistencia. Esto va a ser muy bueno o muy malo.

Cuarta Ronda: José Intriago, Blanco-Rojo

No estoy seguro si el deck era Blanco Rojo, porque casi todo el deck era blanco, aparentemente no fui el único que tomó decisiones radicales. Aunque gané 2-0 fue posiblemente el partido más difícil de todo el torneo, porque enfrentábamos verdaderos titanes por el aire. Curiosamente en el segundo juego no perdí porque cometí un error: estaba concentrado en atacar con mis 2 Azure Drakes porque José no tenía defensa aérea y me confundo, atacando con un Azure Drake y un Aether Adept muy mal preparado para el combate. José enseña a volar a uno de sus monstruos terrestres, bloquea a mi Drake, en mi desesperación juego mal un Diminish y pierdo 3 cartas en un combate desastroso...

...Pero me quedé con un bloqueador por aire para detener al receptor de un armored ascension del segundo turno. José no puede atacar por todo, eventualmente estabilizo, el unsummon me libra del Ascension y eventualmente gano en el combate aéreo.

4-0-0

Quinta Ronda: Johann Zeller Blanco/Verde/Rojo

Me preguntaba porqué un deck Blanco Verde tan consistente tiene rojo hasta que un Fireball se libra de uno de mis pobres drakes. Pero como nadie deja pasar fireballs tan fácil, sabía que no habría más y el resto de mis voladores terminaron el trabajo.

En el segundo juego parecía tener la mesa controlada, siendo la única amenaza real una Yavimaya Wurm que en el peor de los casos sería bloqueada por un Aether Adept. Overwhelming Stampede hizo el sacrificio de mi adept inútil y mi vida un recuerdo.

En el tercer juego, una vez más, uno de mis drakes es bien cocido por un Fireball. Sabiendo que no hay más Fireballs, decido bajar mi carta maestra: Platinum Angel. Johann decide dar por terminado el partido al ver que el siguiente turno estaba muerto por aire, y decide ver su topdeck:

Plummet.

“Pero bueno, ya no tenías más fireballs”.

“Tenía 2 más”.

“...”

5-0-0

Hora de ver las tablas: voy primero, y con un empate soy inalcanzable y prácticamente se garantiza el pase al top 8 de mi oponente. Le ofrezco el trato a Jorge Enríquez, el cual decide aceptar, y conjuntamente decidimos prepararnos mentalmente para el top 8 en el Juan Valdez con sendos cafés bien azucarados.

5-1-0

Podría mentir y decirles que no tuve nervios al empezar el top 8. Mentiría. En ese momento todos los matchups parecían malos, todos los oponentes eran pros y toda barajada era insuficiente. Y me tocó el Pro por excelencia, don Emilio Gaete, jugando ni más ni menos UW control, un deck contra el que había probado poco (porque ODIO probar contra decks de control).

Cuartos de Final: Emilio Gaete (UW Control)

El primer partido fue un intercambio relativamente predecible: putrid leech, mana leak, blightning, 2 cartas al bote, Bloodbraid Elf que revela un inútil Pulso pero que igual ataca por 3. Se filtran algunos bichos más a través de los counterspells y parece que el deck de Emilio no estaba colaborador.

Jaime Coba me enseñó que en el partido contra UW control lightning bolt es prácticamente inútil, así que salen, al igual que los bituminous blast para permitir la entrada de los duress y los Goblin Ruinblasters.

En el segundo partido una vez más la Leech de segundo turno se encuentra un counterspell, pero de ahí se resuelven 2 Blightnings y una Bloodbraid Elf que reveló OTRO blightning (trayendo el “habla sherio” de Emilio). A veces un jugador de control sin cartas en mano puede hacer un topdeck salvador, pero esta no es esa vez.

Semifinales: Jorge Enríquez (Monogreen beats).

Los que empatan para entrar a top 8 están con frecuencia condenados a encontrarse en las llaves, y Jorgito llegó a top 8, una vez más, con una construcción verde de creación propia, como no puede ser de otra forma de parte del gran maestro verde del equipo Vuvuzela.

Ambos partidos fueron bastante similares: monoverde bajando bichos, Jund bajando bichos que traían removal al bajar o dejaban descendencia al morir. Al final la avalancha tricolor termina empujando a los valerosos defensores verdes.

Final: Jaime Flor (Jund).

Y eso que jund estaba en declive...

Como anécdota cabe señalar que Jaime hizo todo lo posible para engañar a todos los que lo conocían para hacerlos creer que jugaría cualquier deck menos jund, y hasta ahora, el plan parecía rendir frutos.

El primer partido se llevó al cabo como debía en un mirror jund: intercambio de blightnings, elfos trayendo cosas, criaturas muriendo. Después de mucho empujar, Jaime consiguió estabilizar la mesa a su favor, quedando en 3 vidas en el proceso. Debí soportar 2 turnos de tierra hasta que salió el Lightning Bolt salvador.

En el sideboard decido tomar el plan que había ensayado para el mirror:

  • Afuera los blightnings, nada de Baloths gratis para mi oponente, en su lugar, entran duress.

  • Saco uno de los siege-gangs, el solitario Jund Charm y una tierra (esto arriesgado) para que ingrese el último pulso y la única Crystal Ball, en caso de que el juego degenere en atrición.

  • Decido también bajar la curva del deck sacando los bituminous blast y trayendo los Ruinblasters, por supuesto, junto al último Baloth.

El segundo partido muestra 2 acercamientos distintos al mirror. Las hostilidades son empezadas en el 5to turno de Jaime al bajar una bloodbraid elf que trae en cascada a un Ruinblaster que, para mi suerte, no puede entrar con kicker. Ambas criaturas entran a la zona roja tan sólo para que les caiga un rayo a cada uno.

En mi cuarto turno bajo un ruinblaster que esta vez, si entra con kicker, despachando una manland del otro lado y quedándose destapado, por si acaso.

Jaime baja otra manland más, baja otro elfo y hace cascade en Lightning Bolt, que decide enviar a mi cara para atacar al elfo, al que detiene con su propia vida el Ruinblaster.

En mi turno bajo otro ruinblaster con kicker, destruyendo otra tierra más y volviendo al ataque.

Me parece recordar que del otro lado asomó una leech a la que le jugué un pulso, no recuerdo bien. De mi lado bajó el poderoso Baloth, dándome 4 nada despreciables vidas. También hice draw de un duress, que sin tardanza jugué, para encontrarme que Jaime escondía un blightning (!) y un Slave of Bolas (!!). A todo esto yo tenía otro baloth en la mano, y decidí no jugarlo, sabiendo que Jaime en algún punto se sentiría presionado y jugaría Blightning. Descarté el Slave of Bolas que podía ser una tragedia y cedí el turno. Efectivamente Jaime jugó el blightning, privándome de un Maelstrom Pulse y viendo con pesar la entrada gratuita de un Baloth. Eventualmente un terminate mataría a uno de mis baloths y el segundo slave of bolas despachó al segundo, pero en ese momento yo estaba atacando con un par de criaturas más y una manland. La presión fue insostenible y eventualmente Jaime no tuvo más que extender la mano.

Props:

Gracias a todos los vuvuzelas; JJ, Chino, Zort, Santi, Jorgito, Pau, Gabo, Lucho (Hello Kitty del Infierno). Ojo que después del nacional ya incorporamos al equipo a Viviana, y van a oír de ella por mucho tiempo.

A Jaime Coba, Daniel López, al Shao y en general al equipo Buseta por enseñarme a jugar estos formatos a las malas.

En general a la organización, con énfasis en Duván Torres y Barry Swan, un gran organizador y un gran juez.

Slops:

Al pobre hdp que se le robó al JJ el celular y el deck de limitado. El mundo da vueltas y te hemos de encontrar.

Nos vemos en un año, espero llegar a Japón y traerles recuerditos.

Mario.

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